La noche del 15 al 16 de febrero de 1941, hoy hace 78 años, la Catedral de Santander fue destruida por el fuego que asoló la ciudad. En unas horas, desaparecieron siglos de historia. El fuego fue de tal intensidad, que se fundieron las campanas. Pero en medio de tanta desolación, un hecho milagroso: A los tres días, pudieron entrar en la catedral, y encontraron intactos el Santísimo Sacramento y las sagradas reliquias de los Santos Mártires Emeterio y Celedonio, a pesar de haber estado durante varios dias, envueltos en brasa viva. Gracias a Dios, la Catedral y la ciudad de Santander, renacieron de sus cenizas como el Ave Fenix.