El túnel de Tetuán

En 2020 se localizó en El Sardinero, a 11 metros de produndidad, la boca este gracias a una serie de sondeos verticales para despejar el área de trabajo. Se constuyó un pozo cilíndrico de unos 10 metros de diámetro que permitió acceder a la boca este y despejar el túnel desde el otro extremo. El pozo también permite la entrada de luz natural y la ventilación del túnel. Una vez retirado el derrumbamiento que obstruía el túnel se procedió a reconstruir la bóveda en ese tramo y a proteger toda la bóveda con inyecciones armadas y asegurar así el material suelto.

El túnel mide unos 300 metros y está constituido por una bóveda que, en sus primeros 100 metros, desde la entrada por la calle Tetuán, está formada por bloques de sillería caliza. A continuación hay una sección hecha con ladrillos prensados y ya cerca de la salida en El Sardinero la bóveda está constituida por sillares de piedra arenisca. Por su parte, los hastiales están hechos, en toda la longitud del túnel, de bloques de sillería caliza. El túnel tiene una altura de 3,9 metros y una anchura que varía entre los 3,5 y los 3,9 metros.

Cuando se estaba quitando tierra en El Sardinero para despejar el trazado de la antigua plataforma de la vía se descubrió un puente de piedra del que no había información en ningún archivo, biblioteca, etc. El puente se encontraba en perfecto estado y se ha conservado. Servía como paso elevado sobre la vía. Mide unos 10 metros de largo y unos 5 metros de ancho. Entre este puente y la boca del túnel se ha construido un falso túnel en el que hay una serie de paneles informativos sobre todo el proceso de construcción.

El túnel presenta un trazado curvo en su extremo este, llegando a El Sardinero. A lo largo del mismo hay, a ambos lados, una serie de pequeños huecos, llamados “apartaderos”, en los que se podía refugiar quien estuviera en el túnel cuando pasaba el tren. Además del puente, también se descubrió un pequeño apeadero para el tren. Está situado junto a la entrada del falso túnel más cercana al puente.

También se ha construido una escalera que comunica con la calle Ramón Pelayo y un pequeño jardín con una pequeña zona de descanso. Desde la parte superior del pozo vertical se puede apreciar la profundidad a la que se encuentra el túnel.

En la parte superior de ambas entradas hay dos bajorrelieves que tienen grabado “1892 TVS” (Tranvía a vapor del Sardinero). Se aprecia mejor en la boca este, la situada en El Sardinero.

El túnel ha sido dotado de iluminación y sistemas de ventilación, pero presenta pequeñas filtraciones debido al terreno en el que está construido. También dispone de sistemas de vigilancia y está abierto desde las 7:00 hasta las 24:00. Ahora hace falta que tenga el mantenimiento y cuidados que se merece y que no quede abandonado a su suerte, como ha pasado, y pasa, con otras obras que se hacen en la ciudad.