El salto pasiego es uno de los deportes rurales más destacados de Cantabria y un claro ejemplo de como el uso de una habilidad o técnica de trabajo va desapareciendo con el paso del tiempo, dando lugar a la competición y al juego. Esta disciplina es similar en concepción a otro tipo de modalidades como el salto del pastor canario.
Los pasiegos son los pobladores que habitan las zonas altas de los Montes del Pas, arraigado a su modo de vida está el “palu pasiego” o “palancu” que es una vara de avellano flexible y recta que tiene como principal función arrear al ganado y facilitar el salto de paredes, arroyos, matorrales, barrancos, muros o cualquier obstáculo en los caminos del entorno, tradicionalmente bastante abruptos en estas zonas.
En 1861 Pascual Madoz en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar recogía su uso señalando que «estos [los pasiegos] usan diestramente de un palo largo y grueso para saltar arroyos y breñas, huyendo de las rondas del resguardo».
La destreza en el uso del “palu pasiego”, fue tan conocida, que incluso existe una zarzuela titulada “El salto del pasiego”, de Luis de Eguílaz y Manuel Fdez. Caballero (1881) estrenada en Madrid y Sudamérica.