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La Real Fábrica de Artillería de La Cavada:artillería para el Imperio español

Arco La Cavada 1890.jpg

 

 

La Real Fábrica de Artillería de La Cavada fue la principal fábrica de cañones y munición del Imperio Español durante los siglos XVII, XVIII y XIX.
La importancia de esta fábrica es mayúscula en la historia de España, ya que suministró artillería al ejercito del Imperio Español en la gran cantidad de conflictos que tuvo, para mantener a España en su posición como primera potencia mundial.
Los cañones creados en La Cavada mantuvieron a raya a piratas ingleses, estirados franceses e independentistas americanos y se utilizaron en multitud de batallas famosas como por ejemplo en la de Trafalgar.
Los cañones de esta fábrica se instalaron a lo largo y ancho del Imperio Español y aún podemos verlos en sitios tan dispares como Colombia, Filipinas, Nueva Orleans o Chile, algunos de ellos aún en funcionamiento en homenajes.

La fábrica se comenzó a construir en el año 1616 primeramente en Liérganes, de manos de industriales fundidores procedentes de Flandes y fueron los primeros altos hornos construidos en España. Hasta entonces, los cañones utilizados en España eran fabricados en bronce, material menos pesado y más resistente, pero muchísimo más caro.

El motivo de instalarla en la zona de La Cavada fue la abundancia de bosques en la zona, la existencia de varias minas de hierro y la posibilidad de descargarlos en los muelles de Camargo.
Una de las fuentes de obtención de madera fue el Resbaladero de Lunada, desde el que se bajaban los troncos talados en los montes del Miera hasta la fábrica a lo largo del río.
Para la naturaleza cántabra, la instalación de esta fábrica unido a los Reales Astilleros de Guarnizo, fue una autentica hecatombe. Las montañas de los valles del Miera y Pas, así como la zona oriental de Cantabria, antaño cubiertas de una gran masa forestal, quedaron completamente deforestadas. A la deforestación, hay que añadir el perjuicio de la erosión provocada por la ausencia de arboles, que produjo crecidas del río e inundaciones en las riberas de los mismos.
En concreto los montes del portillo de Lunada, donde se instaló el resbaladero es un claro ejemplo de una brutal deforestación.

En 1834, una inundación del río Miera destruye la presas que movían las máquinas, que no volvieron a repararse. En 1835 finalmente cesa su actividad después de más de 200 años de producción en los que se estima que se fundieron más de 25000 cañones.

Actualmente queda muy poco de la antigua fábrica, aunque podemos visitar el Museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada y la puerta de entrada al recinto fabril, el conocido Arco de Carlos III.

Bibliografía:
Alonso Moreno, E.: Revista Aracillum nº0
Maza Uslé, José Manuel: Orígenes y fundación de las fábricas de Liérganes y La Cavada
http://patrimonioindustrialcantabria.wordpress.com/
http://historiadecantabria.blogspot.com
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