Dos bahías españolas, entre las más bellas del mundo
«El club de las Bahías más Bellas del Mundo» tiene 38 integrantes
Vista aérea de la bahía de Santander- CARLOS GARCÍA NEYRA
Un club es una asociación que suele estar integrada por personas que comparten algo, en este caso, lo que se asocian son bahías tan bonitas que se unen para mostrarse al mundo. El «club de las Bahías más Bellas del Mundo» reúne entre sus integrantes las mejores entradas de mar, las uniones más perfectas entre el océano y la tierra. Se trata de un hermanamiento de lugares de una belleza excepcional y de una dimensión universal. Para entrar en este selecto club hay que cumplir con los siguientes requisitos:
1. Ser objeto de medidas de protección
2. Tener una fauna y una flora de interés
3. Abarcar espacios naturales notables y atractivos
4. Ser conocida y apreciada a nivel local y nacional
5. Resultar emblemática para la población local
6. Poseer un cierto potencial económico
En todo el mundo hay 38 bahías que merecen este honor, dos de ellas en España. Esta distinción, avaldada por la Unesco, solo permite una bahía por Estado y mar, de manera que la bahía de Roses será la única que ostente este título en la costa mediterránea de la península Ibérica y la de Santander la única que lo haga en el mar Cantábrico.
Bahía de Santander
Los primeros en construir un puerto en este emplanzamiento fueron los romanos, en la llamada Portus Victoriae. Se trata de la única bahía del norte de España que está orientada al sur, lo que le da peculiaridades a su paisaje y a su cielo. Es el mayor estuario del norte de España con una extensión de 22 kilómetros cuadrados, una longitud de 9 kilómetros y una anchura de 5.
La entrada a la bahía está precedida por la ensenada de El Sardinero, donde se localiza la isla de Mouro. El acceso al interior de la bahía es a través de un paso de mar entre la Península de la Magdalena (donde está el palacio) y el arenal de El Puntal, barra longitudina de playas y dunas que protege la bahía.
La mayor parte de la población de Santander vive en las inmediaciones y se estima que alrededor de un 50% de ella ha sido rellenada por tierra con el paso del tiempo por la actividad antrópica.